Pídele a Dios una mente abierta, no una mente brillante, porque en una mente abierta entran y salen infinitas ideas brillantes, una mente abierta te permitirá omitir de tu vida el "qué dirán" y entonces así podrás sentirte feliz al ver feliz a los demás en cualquiera de los caminos que hayan elegido; una mente abierta hará perder la ambición del solo ganar y ganar, te hará comprender con sabiduría lo bello que es compartir, porque una mente abierta te hace más que jefe, te hará sentir con fuerza la maravilla de ser un líder.
Pídele a Dios.
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